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Ya perdí la cuenta de los días que llevo escribiendo, pero sé que son pocos.
Hoy estamos sábado 13 de septiembre del 2008.
Estabas jugando en el patio con agua y sin polera, te vi tan contento con esa sonrisa que me llena el corazón. No sé como demostrarte lo mucho que te amo, hijito lindo, eres mi cielo, mis ganas de vivir. Hoy te vi y trataba de imaginar tu reacción con todo esto y créeme que no logré imaginar, porque te veo como un bebé tan pequeño, que espero esto lo leas dentro de muchos años más.
A veces, uno llega pensar lo tonto que fue con algunas cosas o acontecimientos, por confiar, por no ver la esencia de las personas... eso le paso a Luis hijo, él no supo ver la ventana del alma ¿Sabes cuál es la ventana del alma? Cuando tienes una conversación con alguien o discutes sobre un tema y hasta con tus padres, ten en cuenta dos cosas: la primera, observa si esa persona te mira fijamente a los ojos, y segundo si no titubea al momento de una replica. La ventana del alma hijo, son los ojos, ellos reaccionan a tu seguridad o a tu miedo, a la vergüenza o a la simpleza. Nunca agaches la cabeza, observa siempre a los ojos de la otra persona y si ésta te miente notarás que simplemente la vista se escabulle. Cuando tú hablas con seguridad y con la verdad no tienes miedo de mirar a otro a los ojos, ellos se sienten intimidados, entra en sus ojos, indaga y busca la verdad, fíjate que yo siempre te he observado así, y sé cuando mientes. Y si llegas a ser bueno en esto, podrás hasta mentir tu mirada y ser tan certero que parecerá dices la verdad, eso es malo pero ayuda en situaciones como la que hoy estoy viviendo.
Hoy no logro iniciar la conversación de este día, pero quiero enseñarte algo: Nosotros somos dos personas tan idénticas, que siento que puedo saber lo que hoy estas pensando. Dios ha dado a nuestra madre una oportunidad, ya te imaginas cual es esa, de hacer las cosas bien, el remediar errores que pudieron ser los mínimos. Con esto hijo yo no culpo a nadie, por eso mismo es que he tratado de defenderte como persona y hoy a tus 8 años, trato de verte como alguien que sé que puede afrontar cosas mayores que esta.
Imagina que no estas solo hijo, o mejor que eso, no lo imagines, siente que no estas solo, confía en quienes he dejado aquí para que cuenten lo real que he sido, sé que caerás muchas veces, pero ten en cuenta que tienes una oportunidad más en esta vida, porque yo hoy cargaré la cruz que deberás llevar cuando estés listo, avanzaré el camino por ti y me levantaré cuantas veces haya caído, sólo para hacer tu camino más ligero.
Yo puedo hacer mucho por ti, mi bebé hermoso, pero quiero enseñarte que de las caídas uno aprende. Lamentablemente suele suceder que algunas caídas son tan fuertes que derrumban todo lo que hemos construído, y nos sentimos vacíos y sin esperanza de nada ¿Qué hacer en esos momentos? ¡Levántate! Si me tienes a mí a tu lado, ten por seguro que con mis propias manos alzare tu cabeza, rodearé tus brazos sobre los míos, mis piernas serán las tuyas, caminaré junto a ti hasta que tú mismo me digas que puedes seguir solo. Amor, no te sientas solo ni menos perdido, yo estaré contigo en ese momento y si por alguna razón yo no estoy a tu lado, serás tu mismo quien alzara la mirada y con los brazos apoyados al suelo recogerás tu aliento para iniciar el camino nuevamente, sé que será difícil para ti, pero no imposible. Te entregaré las armas necesarias e inculcare los valores que sean necesarios para hacer de ti alguien íntegro, todo esto hijo mío, ya sabes por qué....
TE AMO
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